Indemnización de 39.238 € por retraso negligente en el diagnóstico de torsión testicular


Retraso en el diagnóstico de torsión testicular: una urgencia mal gestionada
El paciente acudió al Hospital Virgen de la Victoria de Málaga con síntomas claros de torsión testicular, que incluían fuertes dolores en el testículo izquierdo. A pesar de que la torsión testicular es una urgencia quirúrgica que, si se trata en las primeras seis horas, permite salvar el testículo en la mayoría de los casos, el personal médico no realizó las pruebas diagnósticas necesarias, como una ecografía. Esta falta de acción inmediata resultó en la isquemia del testículo, lo que llevó a su pérdida definitiva.
La falta de pruebas complementarias, como ecografía, hemograma o análisis de orina, para diferenciar entre una torsión testicular y otras afecciones, como la orquiepididimitis, fue clave en el deterioro del estado del paciente. A medida que las horas pasaban sin una intervención adecuada, las probabilidades de recuperación disminuían drásticamente. El diagnóstico inicial de epididimitis no fue confirmado ni respaldado por pruebas, lo que agravó la situación.
Indemnización y reconocimiento de la negligencia
En la resolución del SAS, se reconoce la relación causal entre la falta de diagnóstico oportuno y la pérdida del testículo, lo que llevó a la orquiectomía (extirpación del testículo). La Administración sanitaria admite el error en su actuación y acuerda indemnizar al paciente con 39.238 euros. En el informe, se indica claramente que:
“El proceso asistencial muestra un retraso en el diagnóstico de torsión testicular, lo que derivó en la orquiectomía. Se observa la falta de realización de pruebas complementarias que habrían permitido confirmar o descartar la torsión testicular en las primeras horas de evolución.”
Además, el informe señala que, al no realizar las pruebas diagnósticas necesarias dentro del tiempo crítico, la probabilidad de salvar el testículo, que podría haber sido del 70%, se perdió.
Diagnóstico erróneo: un tratamiento incorrecto con graves consecuencias
El joven fue inicialmente diagnosticado con epididimitis y posteriormente con orquitis, pero ninguno de estos diagnósticos fue confirmado mediante pruebas diagnósticas, como un hemograma o análisis de orina. El informe del SAS reconoce que estos diagnósticos no se apoyaron en datos clínicos concluyentes, ya que la exploración física presentaba signos contradictorios. Sin embargo, factores como la edad del paciente, la forma de aparición del dolor y la ausencia de signos inflamatorios eran altamente indicativos de una torsión testicular, que debería haber sido la primera sospecha médica.
De esta manera, se omitieron medidas diagnósticas fundamentales. Una simple ecografía o análisis de sangre y orina habrían permitido un diagnóstico correcto y habrían evitado la pérdida irreversible del testículo. Este error tuvo un impacto psicológico y académico significativo para el joven, lo que agrava las consecuencias de la negligencia.
Repercusiones físicas y emocionales para el paciente
La pérdida de un testículo a una edad tan temprana no solo tiene consecuencias físicas, sino también un importante impacto psicológico y emocional. Además del dolor físico, el joven ha enfrentado secuelas psicológicas que afectaron su vida personal y su rendimiento académico. La negligencia médica y el desenlace sufrido dejaron una huella profunda en su bienestar general. Estas consecuencias, que podrían haberse evitado con un diagnóstico y tratamiento adecuados, reflejan la gravedad de la negligencia.
Reflexión sobre la importancia de la atención inmediata en torsión testicular
Este caso subraya la importancia crítica de la rápida actuación médica en casos de torsión testicular. El tiempo es un factor decisivo, ya que las primeras seis horas tras el inicio de los síntomas son clave para salvar el testículo afectado. La omisión de pruebas diagnósticas básicas y la falta de seguimiento de los protocolos establecidos son errores que pueden tener consecuencias devastadoras para los pacientes.
La indemnización de 39.238 euros refleja la gravedad de la negligencia médica en este caso, aunque no puede compensar por completo las secuelas físicas y emocionales que sufre el paciente. Este fallo resalta la responsabilidad médica y la necesidad de que los profesionales sanitarios actúen con diligencia en emergencias quirúrgicas para evitar daños irreversibles.
La Administración ha reconocido su responsabilidad en un caso de negligencia médica que resultó en la pérdida de un testículo debido a un retraso en el diagnóstico de torsión testicular. La omisión de pruebas diagnósticas esenciales y la falta de intervención a tiempo llevaron a un desenlace irreversible para el joven. La indemnización de 39.238 euros es un reconocimiento de este error, pero también destaca la importancia de una actuación médica rápida y precisa en situaciones de emergencia.


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