El pequeño murió por ausencia de tratamiento en un caso de meningitis.
Un juzgado de Granada ha condenado a un médico residente del Hospital Clínico y al Servicio Andaluz de Salud a pagar, «solidariamente», 20 millones de pesetas por una negligencia médica que costó la vida a un menor. El pequeño, de cuatro años de edad, murió por una parada cardio-respiratoria producida por «sepsis meningocócica», después permanecer durante 5 horas sin ningún tipo de terapia antibiótica. El menor había ingresado en el hospital con síntomas claros de meningitis. Pero los facultativos que lo atendieron no diagnosticaron la enfermedad como grave ni prescribiere un tratamiento de «shock» hasta que transcurrieron varias horas, cuando ya era tarde.
Una historia clínica presuntamente «falseada»
Al relato de hechos habría que agregar la zozobra e inquietud de unos padres durante una larguísima espera. De las horas transcurridas desde la llamada al médico de urgencias, pasando por la desesperante «lucha verbal» con los facultativos, en el hospital, hasta escuchar la tremenda noticia del desenlace.
Hoy, dos años después de la pérdida del pequeño, los padres de M. prosiguen su batalla. La sentencia, para ellos, o es satisfactoria. Porque creen que la responsabilidad no puede recaer exclusivamente en uno de los cuatro médicos demandados: el residente que ha sido condenado. Consideran que también es responsable el jefe de servicio, que dejó todo en manos de «un médico, prácticas», pese a que tenía turno de guardia desde las de la tarde del 28 de octubre hasta las 8 horas del día siguiente. «¿Dónde estaba el responsable del servicio hasta el termino de la guardia?», preguntan los demandantes en su escrito de conclusiones. A saber.
Los padres de M., defendidos por el abogado José Miguel Castillo-Calvín, recurrirán la sentencia. Pero; a su vez, no descartan emprender acciones judiciales por la vía penal. Porque el dramático relato contiene otro hecho especialmente llamativo. La historia clínica de M. fue reelaborada tras su muerte.
En el escrito de conclusiones: los demandantes ponen de manifiesto que la historia clínica del pequeño -denominada informe e evolución clínica- fue falseada interesadamente por el jefe de servicio. Este extremo «fue confirmado con la propia confesión de los demandados» en su declaración ante la jueza. Estos hechos,- para los padres de M., pueden constituir delito penal, al tratarse de un documento dé carácter público
En el escrito de conclusiones, los demandantes se preguntan por las 'causas que llevaron al jefe de Servicio a reelaborar el informe de evolución clínica. Y concluyen: «Sólo cabe esperar que fue para enmascarar las responsabilidades de la muerte de M.».
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